Aquella vieja tortuga me dijo una vez que era mejor resignarse a seguir insistiendo para conseguir nada.
- Lo pasarás mal querida, lo sé. Llorarás, patalearás, querrás que el mundo te mire y te dé una solución. Pero sólo tú sabrás el motivo y sólo tú comprenderás el motivo de tu locura. Sólo... Estarás sola.
Mírame a mí, toda una vida con este caparazón, limitándome muchas posibilidades. En cambio tú sí puedes, simplemente hazlo.
Mientras poco a poco se iba alejando siguiendo su camino...
- Vamos pequeña, ponte en pie y recorre todo lo que otros no podemos hacer.